Te contaremos la increíble historia de Niko Tosa, el físico que venció a la ruleta en marzo del 2004 y se convirtió en leyenda.

Desde el siglo XVIII, muchos han logrado descubrir o develar el secreto detrás del caos. Específicamente, hablamos de vencer o ganarle a la casa (y a la ruleta misma) en un casino, una tarea que parecía imposible. Las probabilidades son infinitas y para algunos, representan un arte muy seductor que los lleva a minimizar sus pérdidas. Esa fue, o es, la historia de Niko Tosa, el físico que venció a la ruleta hace 19 años.

Una de las mayores hazañas del mundo del casino ocurrió en el Ritz de Londres en 2004. Nadie se imaginaría lo que, hasta ese día, Niko Tosa y sus dos compañeros lograrían. Dos hombres y una dama conformaban el trío que, por meses, mantuvo las alarmas encendidas de los casinos de Londres. A continuación, te contaremos la Historia de Niko Tosa, el físico que venció a la ruleta.

Para algunas de las mentes más brillantes de la matemática o la física, ganarle a la ruleta no era muy probable. Respecto a esto, comentara una vez, Stephen Hawkings, reconocido científico y físico. «Es prácticamente imposible predecir el número que surgirá, de lo contrario, los físicos harían una fortuna en los casinos. El juego está diseñado para ser aleatorio; caos, elegantemente representado en movimientos circulares».

Niko Tosa, el físico que venció a la ruleta

Al mayor estilo de James Bond o cualquiera de las películas clásicas de casino, Tosa se reunía todas las noches con sus compañeros y amasaban grandes ganancias cada noche. Tras semanas, el Ritz Club de Londres notó la actividad sospechosa. La sala Carmen del Ritz Club se convirtió en el lugar preferido por el trío para, básicamente, vencer a la ruleta con muy poco riesgo.

Antes de ser descubiertos, Tosa, la húngara Livija Pilisi y el comerciante serbio Nenad Marjanovic ganaron, sin mucho esfuerzo, más de medio millón de libras sin hacer trampas. Por supuesto, la seguridad mantuvo vigilado al equipo que, posteriormente, se convertirían en personas no gratas en el establecimiento.

La historia de Niko Tosa

Hasta la fecha, Tosa no ha sido acusado de hacer trampa. De hecho, tras ser excluidos del Ritz, continuaron haciéndolo en casinos de todo el mundo. Cada vez en casinos más recónditos, ya que por años, fueron fichados a medida que los mecanismos de supervisión en los casinos se modernizaron.

Ganar en la ruleta ha sido el sueño de los más habilidosos de los casinos, pero luchar contra las probabilidades no es tan fácil. De hecho, desde el siglo XVIII, miles de jugadores han tratado e inclusive se desarrolló la «martingala». Esta estrategia comprende en apostar el doble de lo perdido, intuyendo que, en algún momento, se llegará a una victoria en la ruleta.

El interrogatorio

No podremos decir jamás que la policía y la seguridad del Ritz no lo intentó. Pero ni los teléfonos ni la computadora encontrada en una de las habitaciones de los jugadores revelaron nada. Básicamente, se vieron obligados a dejarlos ir con una sola notificación, jamás podrían volver.

Esto no es algo que les preocupaba, realmente nada parecía preocuparles. Ya que con temple de acero, contestaron todas las preguntas, de hecho, las explicaciones dadas por los jugadores no convencía a la policía. Es por ello que haciendo uso de la intimidación psicológica, comenzaron a interrogar a Pilisi, quien apenas se inmutaba si su novio ganaba medio millón de libras esterlinas.

El método, descubrieron las autoridades, les permitía ganar de 6 a 7 veces por cada 10 jugadas. Es decir, en promedio el ratio de victoria era del 70%, una cifra inusual para la ruleta.

Un secreto, no tan guardado

La persona que más ha investigado a Tosa es Kit Chellel, el investigador de Bloomberg. Chellel aseguró que Tosa encontró el «agujero en el sistema» que le permitía aprovecharse de los resultados. En perfectas condiciones, la bola caerá en una casilla al azar.

Sin embargo, Tosa parece haber descubierto un patrón que, tras el desgaste continuo, le permite descifrar las zonas donde es más propenso que caiga la bola. Estas «zonas de caída» se dividían en tres, las cuales consistían en 5 casillas para cada jugador.

En cada jugada, Tosa, Pilisi y Marjanovic apostaban a casi quince números ubicados en esas «zonas de caída». Desde luego, esta hazaña parece más de Hollywood que de Londres y por supuesto, de tres personas muy discretas. En palabras de Tosa publicadas por Chellel, «la observación cuidadosa de las ruedas de la ruleta que permite descubrir pequeñas irregularidades que generan algunas regularidades».

La última vez que alguien entrevistó a Tosa, fue Chellel en un modesto y a la vez lujoso hotel de Dubrovnik, donde aseguró estar planeando su próximo viaje. Sin duda alguna, Tosa buscaba un casino donde no fuese reconocido y su habilidad con las mesas de ruleta, descubierta.